La libertad de expresión en la antigua colonia británica de Hong Kong está en sus horas más bajas 18 meses después de la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Pekín. Solo en las últimas semanas, una estatua dedicada a las víctimas de la plaza de Tiananmen, cuya memoria es aún un tabú para China, fue retirada de madrugada de la Universidad sin previo aviso; un periódico fue cerrado y varios de sus directivos detenidos, y un portal de noticias siguió sus pasos al temer por la seguridad de sus trabajadores. Todo ello después de q