Es ingeniero y cosmopolita, pero la genética pirenaica de Josep Borrell (La Pobla de Segur, 1947) sigue ahí. Acaba de cumplir 75 años tras unos meses muy intensos marcados por la invasión de Ucrania. Antes de la guerra, lo apostó todo al diálogo de la Unión Europea con Rusia, pero una infausta visita a Moscú le demostró que lo que el Kremlin quiere es una Europa débil y dividida.