Alemania no está dispuesta a hacer la vista gorda ante la relación de Arabia Saudí con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, duda a la hora de castigar a Riad para no poner en peligro los numerosos negocios que mantienen ambos países, el Gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, considera que el crimen no debe quedar impune y anunció medidas diplomáticas y económicas contra el país árabe.