Justo en el momento más espinoso para la revolución bolivariana, Maduro asestó el tajo definitivo al batiburrillo de siglas opositoras con el cuchillo más inesperado: el diálogo. Desde el fallido golpe de Estado contra Chávez hace 12 años, no se veían tantos opositores en el Palacio de Miraflores. (Ojo!! no es un medio chavista, es el confidencial.com)

El País da honores de portada a la carta que ha enviado desde prisión el dirigente más radical de la oposición venezolana, Leopoldo López. Reclama un cambio “pacífico y constitucional” que por lo visto no pasa por las urnas, ya que la oposición ha perdido las dos últimas elecciones, presidenciales y locales, lo que ha hecho que parte de ella haya optado por llevar su lucha a la calle.

La crisis política en Venezuela ha terminado de erosionar el liderazgo de Henrique Capriles en una Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cada vez más dividida por las aspiraciones ocultas de los jefes de cada uno de los partidos políticos que la forman para asumir las riendas de la coalición opositora ante la posibilidad real de hacerse con la victoria en las próximas elecciones presidenciales.