¿Cómo conseguir reducir la contaminación? A través de un peaje de congestión como el que existe en varias ciudades europeas (la pionera fue Londres) o, todavía mejor, con peajes dinámicos como los presentes en Singapur. Establecer un precio por acceder al centro constituye un desincentivo a utilizar el vehículo para todos aquellos que no lo requieran perentoriamente pero, al tiempo, deja la puerta abierta a que circulen quienes sí lo necesiten.