A alguno le parecerá prehistoria, pero ocurrió hace solo diez años. Es noviembre de 2010 y Aena ha sometido a los controladores aéreos a jornadas laborales que superan en duración lo estipulado en sus contratos. En menos de once meses, varios trabajadores aeronáuticos de Santiago de Compostela ya han cumplido sus compromisos anuales, de modo que dejan de acudir a sus puestos de trabajo. Algunos habían advertido esta anomalía meses atrás pero nadie quiso tomarlos en serio.