Hay términos demasiado fuertes para aplicar en una sala de cine y “libertad de expresión” quizá sea de los más arriesgados. Si una productora cinematográfica se acoge a ese derecho, puedes apostar lo que quieras a que está tratando de inflar la factura. Pero cuando Sony Pictures habla de “arte”, la cosa ya se pone estupenda, es como ver al tío Gilito hablando de la pincelada suelta de Goya. Nada más obsceno que escuchar hablar de derechos artísticos a los horrendos mercachifles responsables de las franquicias de Men in Black, ...