Europa tiene cerca de un millar de áreas urbanas en las que las autoridades democráticas han perdido todo control. Arrasadas por la inmigración, fundamentalmente musulmana, y en manos de bandas islamistas que mezclan la aplicación severa de la sharia (ley islámica) con la delincuencia más común, estas zonas, conocidas como no-go zones, son los territorios perdidos de la UE. Las ambulacias y los bomberos no se adentran en estas selvas de cemento sin protección policial, y las fuerzas de seguridad, en ocasiones, han de recurrir al Ejército.