Se pregunta por qué las cargas policiales se produjeron justo cuando TVE empezaba a informar sobre las marchas. El actor y activista social Willy Toledo manifestó a los medios de comunicación, que cubren la concentración en la Plaza de Castilla de la capital del Estado en protesta por las detenciones de activistas en las marchas de la dignidad, que el pueblo entiende cada día menos que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado actúen con tanta violencia contra ciudadanos indefensos que solo están defendiendo sus derechos.

Algunos ya han cuadrado el círculo: como un par de sindicatos policiales difundieron la imagen de una muleta estoque como incautada en los disturbios del 22-M y realmente no había sido intervenida allí, todo el atestado policial elaborado tras las agresiones del pasado sábado es falso. Los adoquines cayeron del cielo y los más de 60 policías heridos fueron víctimas de sus compañeros infiltrados entre los manifestantes, que se emplearon a fondo para elevar hasta niveles desconocidos la violencia.

Los gestores del movimiento creen que "el Gobierno utilizó un montaje para que se hablase de la violencia". "Condenamos lo de los adoquines pero también el exceso policial", expresan. Los abogados de los promotores de las marchas aseguran tener acreditados "malos tratos a los detenidos".

Rueda de prensa del equipo jurídico del 22M para denunciar malos tratos y vejaciones durante las detenciones del 22M.

"El equipo jurídico de las Marchas considera que la actitud de los organizadores muestra una absoluta colaboración con la Delegación del Gobierno, poniendo de manifiesto el evidente interés de los organizadores en que las marchas se realizaran sin problema alguno, al amparo de lo establecido en los Arts. 20 (libertad de expresión), 21 (derecho de manifestación) y 23 (derecho a participar en los asuntos públicos) de la Constitución. Sin embargo, con anterioridad al 22 de Marzo tanto la delegada del Gobierno en Madrid como el Presidente..."

Artículo de opinión de Raúl Ruiz-Berdejo, secretario local del PCE.

De tanto ir a manifestaciones y observar, se acaba teniendo radar para descubrir policías infiltrados. Aunque vayan de paisano e intenten mimetizarse con el personal, no pueden evitar ir uniformados hasta cuando pretenden pasar desapercibidos.