Eladio Villanueva, ferroviario de profesión, quien durante siete años fuera secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato anarquista de clase desgajado de la CNT al inicio de la Transición, era millonario. A su muerte, Villanueva dejó en herencia un patrimonio inmobiliario valorado en casi cinco millones de euros e integrado por 16 bienes inmuebles, de los que cinco son viviendas en pleno centro de Madrid.