Una pequeña multitud del Barrio de Salamanca con mascarillas de la cruz de Borgoña y banderas de España ha roto la cuarentena para pedir libertad al Gobierno. Han bajado desde sus viviendas de lujo, heredadas de abuelos con capítulos en Franquismo S.A y más metros cuadrados que algunos colegios de Aluche, para que el servicio pueda volver a sus casas a servirles el desayuno y plancharles la ropa. Personal doméstico al que pondrán en peligro por su aglomeración irresponsable, como si les importara, será por filipinas.

La abstención del PSC a la moción de censura no ha sentado bien a Ciudadanos. El comentario más duro ha llegado de parte de Juan Carlos Girauta: "A mí ya no podía engañarme, lo abandoné hace 33 años sabiendo que era un partido de lameculos paniaguados mezclados con ladrones pijos. Traidores, acomplejados, inmorales y nacionalistas dedicados a servirle a Pujol la cabeza del área metropolitana".

La principal obsesión del ayuntamiento que lidera Manuela Carmena, como reconocen desde el área dirigida por José Manuel Calvo, es ser "completamente rigurosos" en temas de seguridad. Los vecinos del barrio de Salamanca valoran la postura de la Administración municipal, que no está dispuesta a claudicar y hará cumplir la normativa a todos los restaurantes. Los propietarios, por su parte, alertan de la avalancha de cancelaciones que están recibiendo a causa de fechas tan señaladas ante el pánico de las familias de quedarse sin sitio en días ...

Está saliendo recientemente una serie de artículos, libros y estudios sobre el tipo de personas que contratan las empresas de élite. Lo que se lleva viendo durante unos años es que estas empresas tienden a contratar a personas que vienen de orígenes sociales privilegiados. Por este motivo ya que ciertos comienzos en la vida laboral suelen llevar a mayores ingresos en el futuro, da la sensación de que a una persona que no venga de ciertos orígenes sociales le costará más progresar, y por tanto habrá menos movilidad social.

Rodar documentales en Nepal aporta experiencia. Te das cuenta de dónde estás, quién eres, qué eres… con respecto al resto del mundo. Ser alpinista ayuda a sentirse pequeño, fomenta el compañerismo, cura el alma y en ocasiones, te obliga a tirar de humildad, grandes dosis de humildad, cuando dejas los Pirineos y los Alpes y te lanzas a la conquista de cumbres situadas en lo que conocemos como el Tercer Mundo.