Una mujer del municipio coruñés de Ordes grabó en 2004 unos vídeos de contenido sexual en su ordenador. La joven, que borró las grabaciones, llevó a reparar su ordenador a una tienda donde el técnico que le atendió recuperó estos vídeos. El profesional, copió y divulgó los videos iniciando una gran cadena de difusión sin el consentimiento de la mujer y del dueño del local.