Hace un momento se ha vivido uno de los momentos más memorables en la política de este país, al menos para algunas personas. Y sé que para los que no vengan de una tradición de lucha política –y con perdón porque ahora ya no se lleva– de izquierdas, puede que la de hoy pase por una bonita imagen de sentimiento, pero para otros esto es muchísimo más que eso. A Pablo le han saltado inevitablemente las lágrimas, pero no ha sido al único. Los que llevamos una eternidad esperando este momento no sólo hemos visto a dos personas dándose un abrazo.