Se llama la escuela laica del camino de las dunas y se encuentra en el campo de refugiados de Calais. Cuando nos hemos asomado a través de la puerta de lona, una treintena de hombres jóvenes repetían, para aprenderlos, los números en francés. Aquí el curso escolar no se ha parado. Aquí no se dan diplomas ni certificados, se enseña lo básico, lo necesario para poder pedir asilo o seguir adelante.