Las fotos icónicas lo son por motivos emocionales; tienen más que ver con la sociedad opulenta que las mira que con la sociedad que muere. La tragedia del niño Aylan Kurdi es una entre las muchas tragedias infantiles en un mundo injusto, brutal y desigual. Desde que comenzó la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, han muerto más de 12.000 menores a causa del conflicto. ¿Dónde están las portadas? ¿Dónde está el escándalo? Una foto como la de Aylan es eficaz porque nos atrapa, horroriza y nos obliga a gritar: "¡Basta!".