Para empezar, las buenas noticias. Desaparecido el elemento de incertidumbre que hubiera supuesto la llegada al poder de un Gobierno de “frente popular” o con presencia determinante en el mismo de Podemos, España podría, más bien puede, volver a registrar otro boom de crecimiento, con fuerte creación de empleo, si logra dotarse de un Gobierno lo suficientemente estable y capaz de completar a lo largo de la Legislatura las reformas que el Gobierno Rajoy dejó a medio hacer entre 2012 y 2015.