María Asunción Esperanza Martínez falleció el pasado martes 30 de enero en Saltillo, una localidad al norte de México. En el velatorio solo estaban su marido, Ramón y el hijo de ambos, de 33 años y discapacitado. Una voluntaria del hospital de Saltillo hizo una foto desgarrdora del hombre velando a su esposa en la más absoluta soledad.

Mientras lo velaban, vieron que el joven de 24 años aún respiraba, por lo que llamaron a un médico para confirmar lo que ocurría. Los familiares del susodicho se reunieron el 21 de octubre para pedir justicia que fue dado como muerto cuando, en realidad, estaba sedado tras ingerir medicamentos. Según denunciaron los familiares, los médicos del Hospital de Contingencia de Tingo María (Perú) lo habrían dado como fallecido.

La familia de Fernando de Jesus Diaz Beato, un joven de 26 años, decidió hacer un velatorio exótico. Sentado, con un cigarro en las manos y los ojos abiertos, así velaron el cadáver del chico que falleció la semana pasada.

Una historia con ribetes de ficción involucró a dos familias cordobesas. Mientras una de ella buscaba al cuerpo de un hombre fallecido, la otra velaba a la persona equivocada. Todo comenzó con un error del Hospital Italiano -donde los dos murieron- que entregó los cadáveres de manera errada.