La elección del ministro de Economía español tiene dos consecuencias: una subida de sueldo estratosférica para él y un futuro incierto para la economía europea. El ministro de Economía cobra ahora 73.650 euros, 2.200 euros más de los que cobraba cuando llegó al Ejecutivo. Pero ahora en el BCE sus emolumentos serán de 334.080 euros, a lo que hay que sumar varios complementos como el de residencia, representación o educación para sus hijos. Su elección para el BCE puede salir cara a España: a cambio tendrán que apoyar al halcón de Merkel.