El libro: Ofendiditos, sobre la criminalización de la protesta es un análisis sobre el discurso mediático conservador de varios, muchos opinadores-analistas que se autoproclaman adalides de la incorrección política que identifican como amenaza a la libertad de expresión a todos aquellos que en las redes manifiestan su protesta por algún suceso cultural, político o mediático de alto impacto, tachándolos inmediatamente de censores moralistas.

Julio Rodriguez, secretario general de Podemos Madrid, reflexiona sobre como decirle a alguien '¿cómo estás?' para saludarlo es ofensivo, una falta de decoro y un síntoma del gobierno del miedo.

Testigos dijeron a la policía que el hombre mayor le reclamaba a su yerno el que su hija lo mantenía, que no aportaba dinero a la casa que compartían y que buscará trabajo porque él se negaba a mantenerlos.

Tweet del padre de Diana Quer

Creo que se quedan siempre cortas las condenas relacionadas con la libertad de expresión. Se quedan, de hecho, a la mitad. Un tipo pinta un cuadro donde se mezclan santidad y sodomía, lo expone en un pueblo de mala muerte en Asturias, la Iglesia lo detecta, lo denuncia, hace ruido, toda España conoce de pronto a un artista normalmente mediocre y puede contemplar la obra en sí, indeciblemente residual. En este caso no tan inventado, la Iglesia tiene, como poco, la misma culpa que el artista en el delito de sacrilegio; ha sido, digamos, eco...

Me siento aludido, y con razón, por ese buen anuncio de Campofrío que retrata a los ofendiditos y al escaso sentido del humor que muestran tanto en las redes sociales como más allá del entorno digital.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, considera una "provocación política" celebrar el 21D una reunión del Consejo de Ministros en Barcelona, porque hará un año de la celebración de "unas elecciones impuestas" y porque "la estrategia del Estado es la represión incesante, cero diálogo".

Nuria Roca se siente objeto de ataques de los medios, ya sea por temas profesionales o por temas que tienen que ver con su vida privada, ha querido poner en evidencia que está harta de mentiras y exageraciones que se viven día a día en las redes.

Una mujer confrontó a una familia que hablaba español en un restaurante de Estados Unidos y, entre otros insultos, les ordenó que volvieran a su “maldito país”. El incidente que fue grabado ocurrió el pasado miércoles en el restaurante Andy’s, ubicado en Lovettsville, una pequeña localidad en el condado Loudoun, Virginia.La mujer, según el video, les exige que muestren sus pasaportes y sugirió las personas estaban en el país como una carga para el gobierno. “No vienes a aprovecharte de este maldito país”, dijo.

Las cosas no son lo que son, sino lo que significan. Decirle a una mujer que sonría, dependiendo del contexto, es una manera de desacreditarla. De negar sus sentimientos o su propia capacidad de decidir su propio estado anímico. Cosifica a las mujeres y les insinúa que su tarea es hacer sentir a los demás -concretamente, a los hombres que las rodean- cómodos. Por si alguien aún duda: las mujeres no son un florero que hace bonito el mundo. Son, somos, personas.

En 2012 el gobierno conservador de Gran Bretaña sacó adelante una Ley de Orden Público que sancionaba lo que se entendía era “discurso del odio”. La bienintencionada ley, sin embargo, convirtió a los acosados en acosadores. En aquel momento, Rowan Atkinson (Mr. Bean) argumentó contra “la industria de la indignación de los autoproclamados árbitros del bien público, que los medios de comunicación alimentan". Esa búsqueda de eufemismos muestra uno de los rasgos dominantes de la personalidad autoritaria posmoderna: el asalto al lenguaje.

Desde acusar de terrorismo a un grupo vegano por decir “Goku vive, la lucha sigue“, la denuncia contra Willy Toledo por cagarse en Dios y en la virgen María, la condena contra el rapero Pablo Hasel, o imputar al El Jueves por decir que “el despliegue de policías en Cataluña hace que se acaben las reservas de cocaína“. También veremos una multa por “comer pipas en actitud desafiante” o por hacer un montaje con la cara de Jesús. Decir que está misma izquierda que aplaude las condenas por “incitar al odio” ahora habla de libertad de expresión.

Tras varios días indignada por la supuesta apropiación cultural de la cantante Rosalía, y sin muchas más polémicas por explotar, la comunidad tuitera española ya busca nuevos temas con los que ofenderse y empezar el nuevo curso “con material fresco”. Por eso, miles de usuarios españoles de esta red social viajarán a Estados Unidos durante sus vacaciones. “Allí llevan décadas de corrección política, así que es fácil encontrar minorías oprimidas que ni sabíamos que existían”, reconoce uno de los tuiteros ya desde el aeropuerto.

Si tras el fichaje de Scarlett Johansson en la nueva película de Rupert Sanders, 'Rub & Tug', nos hacíamos eco de la posibilidad de una nueva polémica con este tándem director-actriz por la decisión de contratar a una mujer cis para interpretar a un hombre transgénero, las primeras críticas no se han hecho esperar y la contestación de Johansson tampoco. Y es que no es la primera polémica que rodea a estos dos artistas en los últimos años...

Un Tio Blanco Hetero habla del concepto de micromachismos

El empleado de un banco de Credit Union ha sido despedido por tener unos Funkos de 'The Walking Dead' en su mesa de trabajo al verlos y sentirse ofendida una clienta afroamericana.

Kendrick Lamar ha invitado a una fan a cantar al escenario durante un concierto reciente en el Hangout Fest. El problema es que la fan era blanca y en este tema la palabra “nigga” aparece más de 20 veces, en concreto 4 veces en 4 frases seguidas en una de sus partes más repetidas. Kendrick interrumpe el concierto, mientras entre el público se oyen gritos de “zorra”, en una especie de “ante un insulto racista respondamos con insultos misóginos”, produciendo un momento realmente difícil de ver. La chica pregunta si no mola lo suficiente para él,

Es tiempo de fijarse en la era de la permanente ofensa. Tienes que andar con pies de plomo, porque enseguida hay personas que se ofenden. Actualmente, existe un temor a los comentarios vertidos en redes sociales por los que cualquier persona puede sentirse ofendido. El hecho de ir con pies de plomo supone perder la frescura, la naturalidad y la autenticidad del discurso. ¿Por qué tenemos que vivir con miedo a expresar nuestros pensamientos por el temor a ofender a otra persona? Hablen sin complejos, sin miedo.

Una adolescente británica que publicó en su instagram la letra de la canción de rap "I'm Trippin" como tributo a un chico de Liverpool que murió en un accidente de tráfico ha sido declarada culpable de enviar un mensaje ofensivo. La condenada tendrá limitada su libertad de movimiento de 8PM a 8AM durante 8 semanas, por lo que se verá obligada a llevar un localizador electrónico en el tobillo. Asimismo, deberá abonar 500 libras por los costes y 85 libras como recargo.

Sobre el relativismo moral de la gente en las redes sociales. De la gente que ha habilitado los prejuicios raciales y sexistas y que luego se indigna cuando sus enemigos políticos usan las mismas armas que ellos han puesto sobre la mesa.

Hemos conseguido una sociedad en la que todo el mundo pretende que la policía o los jueces castiguen cualquier expresión. Eso no nos protege, sino que nos fragiliza y pone en manos del poder un arma represiva, además de conculcar un derecho básico.Como han denunciado diversos organismos, entre ellos la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, vivimos en una situación excepcional, por lo antidemocrática, en lo que se refiere a la situación de la libertad de expresión en España.El Ministerio del Interior afirma que la celebración..

El poeta de Krasnodar, Maxim Drozdov, es el primer ruso en la historia en ser acusado por ofender a los ateos. Escribió en la red social rusa VKontakte: “No hay peor gente que esos sucios ateos, ¡deberíamos restablecer la inquisición!”.

El Consistorio gijonés ha procedido a la retirada de los carteles de la campaña publicitaria de las ONG Harraga y Médicos del Mundo, en la que alertaban sobre el trato "violento", según estas organizaciones, a niños y adolescentes que viven en la calle en Melilla, al objeto de reivindicar cambios en la política hacia inmigrantes y refugiados dentro de la UE. Así se ha hecho tras la queja del Gobierno de Melilla, que fue avisado por un melillense que se encontraba de vacaciones en Gijón.

Digo palabras como orgullo, homosexualidad, transexualidad o feminismo y sigo ofendiendo, y siguen provocando una sobreprotección insólita. Como si en vez de palabras fuesen minas antipersona. Algo estamos haciendo mal, algo falla en la transmisión del mensaje, si aún hoy, y año tras año, tenemos que volver a enfrentarnos a opiniones que reivindican el orgullo hetero, a discursos que hablan de normalidad, a personas que aún piensan que machismo y feminismo son equivalentes.