ETA mató entre 1960 y 2009 al menos a 32 personas diciendo que se dedicaban al tráfico de drogas. La cruzada de ETA contra el narcotráfico se limitó durante más de un decenio a asesinar a pequeños presuntos camellos. El discurso abertzale era sencillo: venden droga, y hacen daño a la juventud vasca; son colaboradores de la Guardia Civil, a la que dan información, que a cambio los protege, y los usa además para corromper a la supuestamente «pura Euskalherria». ¡Qué pena que no fuese verdad!