Es el fin de un período en el que el PP valenciano había acomodado a numerosos militantes y simpatizantes en áreas de distinto peso político y visibilidad. Por consellerias, sólo la Presidencia de la Generalitat, que dependía de Alberto Fabra, prescindirá de 32 trabajadores entre altos cargos y asesores. Son el equipo de confianza del presidente, que no renovará con la llegada de un nuevo inquilino o inquilina al Palau. De ese total, 16 son asesores, tres conductores del jefe del Consell, y una secretaria adjunta y otra particular.