La pérdida de 15.000 pruebas radiológicas en Ávila va a privar a los pacientes de oncología y enfermos de ELA de seguir la evolución de sus enfermedades crónicas, retrasará intervenciones quirúrgicas y crea confusión entre el personal médico, que en algunos casos no se atreven ni a mirar a la cara a sus pacientes. Entre la sorpresa y la indignación salen a relucir los primeros testimonios de afectados por un error informático que el consejero de Sanidad de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, atribuye a un fallo humano.