Cuando una mujer rompe con su pareja de una forma no consensuada, también es habitual que alguien se ofrezca a acompañarla, casi siempre un hombre. No hace falta que en la relación haya habido malos tratos para que se tome esta y otras muchas precauciones. Un hombre que deja a su chica no necesita ir acompañado de un hombre –mucho menos de una mujer– para recoger sus cosas e irse para siempre. Este miedo que sentimos se suma a muchos otros que nos hacen modificar comportamientos desde bien pequeñas, de hecho, nos enseñan a modificarlos.