Doy comienzo a la misiva que le dedico sin la esperanza de que sea leída por los verdaderos destinatarios de la misma. Ustedes, los fascistas en general, militares o no, no suele leer cosas con las que no están de acuerdo. Mejor dicho: ustedes no suelen leer. Punto . Aún con todo no puedo evitar el intento de hacerle entender unas nociones básicas de buena convivencia que debieran estar asumidas desde la más tierna infancia pero notamos cada poco, que no. No les entra en la cabeza ciertos valores que sus colegas europeos, incluso norteameri...