"Las niñas ya no quieren ser princesas...". Eso cantaba Joaquín Sabina allá por los años 80, cuando era una niña y, ciertamente, no quería ser una princesa. Lo cierto es que las niñas y niños siempre han jugado y seguirán jugando a ser… Para eso está la infancia, para soñar, para jugar, para explorar, para divertirse y fantasear, para ayudarlos en el camino hacia el desarrollo de su propia personalidad. Para crear su identidad y fomentar su autoestima. El juego les ayuda a ser más autónomos y potenciará su proceso de adaptación a la sociedad.