En una casa cualquiera de cualquier barrio de Madrid, una mujer de unos 65 años se levanta con las primeras luces del sol para hacer compras y recados. Un poco de pasta y tomate. Galletas y yogures para las nietas. Luego, una visita al médico y a la farmacia. Vuelve a casa para preparar la comida y, cuando la tiene lista, va a buscar a las niñas al colegio. Más tarde las lleva y recoge de clases particulares y las acompaña al parque a jugar. El movimiento que esta mujer realiza en su día a día es, según la perspectiva del urbanismo feminista...