En el mundo actual, absolutamente devorado por el mundo empresarial y la cultura del ego, muchísima gente está dispuesta a trabajar por conseguir un buen curriculum a cambio de no ver un mísero euro. Una práctica generalizada que en España se traduce en una penosa ley de contratos en prácticas que permite a las empresas de todo ámbito poder coger a los llamados becarios y hacerles trabajar sin que vean un euro. Por un buen curriculum y unos créditos universitarios que, por cierto, se han tenido que pagar.