Gore Vidal, el genial escritor difunto, alguna vez dijo que vivimos en “Estados Unidos de Amnesia”. Nuestra capacidad para olvidar destella cuando los fanáticos blancos salen del clóset, envalentonados por la protección tácita que les brinda nuestro presidente. No podemos fingir que el fanatismo espantoso que se desató este fin de semana en las calles de Charlottesville, Virginia, no tiene nada que ver con la elección de Donald Trump.