El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, ante la sospecha de que en esos cubos o bidones había restos humanos, que no deberían haber sido gestionados como residuos de clase 6, detuvo el cargamento en una de las sedes de la empresa Consesur -compañía dedicada a la gestión de residuos químicos y biológicos en España-, antes de que partiera hacia Tarragona, a donde en principio se iban a trasladar los restos para incinerar los cubos, según fuentes de Interior.