Yo pienso en metros cuadrados y en la luz que entra en las casas, mientras calculo a cuánto está la parada de metro más cercana y si me cuadra todo eso con el precio que piden. Enfrente tengo a -en su mayoría- señores que, más que alquilarme el piso, parecen querer que los alquile a ellos. Me siento más tranquila cuando quedo con agencias, porque aunque sean hombres con los que tengo que estar a solas en casas extrañas, me digo que ninguno hará nada que le haga perder su empleo. Y así es. Algunos pocos coquetean, la mayoría son profesionales...