Hemos pasado de la crónica negra a las páginas centrales de los medios con más tirada, del cine porno y la comedia chusca a las alfombras multicolor de los festivales, del ocultamiento, en fin, al glamour de famos@s y polític@s saliendo del armario. Pero lo que no debería reivindicarse es que un festival LGTBI no es un alegato a la identidad, sino “una excusa para atraer a más turistas durante este fin de semana”.