La UE ha dejado de ser el gigante económico que era hace décadas y, como el buzo nitrogenado, se hunde en lo político y lo militar. La desintegración interna y la pérdida de poder externa de la UE se muestran cada vez de forma más evidente, tanto por el crecimiento del euroescepticismo, como por la pinza a nivel geopolítico que está sufriendo ante EEUU y el eje que conforman Rusia-China. En resumen, la resaca de la globalización financiera está dejando en fuera de juego a la UE. Con todo, el establishment de Bruselas se asemeja al buzo que, en