El nombre de un oso, Mitrofán, constituyó en sí mismo un escándalo relacionado con el rey Juan Carlos I en el lejano 2006. En octubre de ese año, el diario moscovita Kommersant, publicó una carta de un agente forestal que denunciaba que el anterior jefe de Estado había matado a un oso en cautiverio, al que se había dado a beber alcohol (vodka con miel) en Vólogda. Aquella historia fue interpretada posteriormente como una de las primeras señales de la caída del prestigio del rey de la Transición política. Otra cacería, la de un elefante en Botsu