Abuso, mientes. Por omisión. Claro que es una farsa. Y una estafa. Obvio. Pero no sobre Madrid. Sobre la humanidad entera. Y ante eso, tú- repito, tú- nada hiciste. Al contrario, quisiste demostrar, valga la expresión, que la tenías más larga que el psicópata monclovita. Con tus caniculares y repugnantes medidas liberticidas. Dando, con tu mierdera taifa, una vuelta de tuerca a la PLANDEMIA (incluso a tu consejero Ruiz Escudero se le escapó, bendito lapsus linguae, la admirable expresión). Anhelaste escenificar y mandar.