Hace seis meses que Noa vive con Mari Ángeles y su hija Azahara en un pequeño piso del barrio de Los Pajaritos, en Sevilla. Noa es un perrillo nervioso que corretea por un salón pequeño, con cajas de leche apiladas junto a la ventana y cuadros de Camarón en la pared. Allí viven también los padres de Mari Ángeles, en el piso donde ella, que ahora tiene 32 años, se crio. Ahora mismo no tiene empleo, pero acaba de terminar un curso de celadora impartido por la Cruz Roja y que le subvencionó una asociación religiosa. "Nunca he cobrado el paro", adm