Los riñones serán descritos como un bien muy preciado en el 2040, cuando la enfermedad renal crónica —si continúa la tendencia— se convierta en la quinta causa de muerte a nivel mundial, y la tercera en España. Más, si cabe, en el 2100, cuando avance hasta ser la segunda, solo por detrás de las demencias, y supere a las enfermedades del corazón o al cáncer en mortalidad. En la actualidad tampoco se queda atrás, ocupa el octavo puesto en este desafortunado ránking.