Investigadores de San Sebastián patentan un “hormigón fotónico” que disipa el calor, reduciendo la temperatura interior y evitando las islas de calor en las ciudades. Ya comprobaron el pasado verano que este material se mantiene entre 3 y 5º por debajo de la temperatura ambiente incluso en las horas centrales de los días más calurosos. En cambio, el hormigón tradicional puede alcanzar hasta 60-70 °C. Tras los buenos resultados... los científicos ya han patentado el sistema y están trabajando en la creación de una empresa, con el apoyo del CSIC.
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