Después de repetir varias veces que el iPhone era la unión entre un teléfono, un navegador de internet y un iPod, el CEO de Apple cogió el iPhone que acaba de presentar y llamó a un Starbucks. A la empleada que contestó al teléfono Jobs le pidió nada menos que 4.000 lattes para llevar, café en vasos debidamente etiquetados. Eso sí, antes de que pudiera contestar, Steve continuó con "No, solo bromeaba. Me he equivocado de número. Adiós".
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La llamada al Starbucks la hace en el minuto 47, cuando está mostrando como funcionan los mapas, y como puedes hacer una llamada desde la aplicación de mapas.
Pero en el minuto 25 hace una llamada a Jonathan Ive ...
www.youtube.com/watch?v=R-sLPTUEq6E
En cualquier starbucks puedes pedirte un café de filtro (no una de esas otras mierdas hiperazucaradas que venden) que es bien barato y mucho mejor que la mierda de café torrefacto y mal hecho que ponen en la mayoría de cafeterías españolas.
¿Habría acuerdos comerciales con algunos de ellos? Ni idea, supongo que con algunos si. Aunque bueno, Apple tampoco necesitaba ingresos por anuncios.
Ya desde el inicio, que Steve Jobs empiece diciendo que el Mac revolucionó la industria de los ordenadores domésticos y que el iPod revolucionó la industria de la música y que bueno que hoy estamos aquí para revolucionar el mundo de los teléfonos móviles.
Y es una chulería como un pino, pero el caso es que es innegable la influencia que tuvo el iPhone a nivel de diseño en el resto de móviles. Cambió por completo el como se hacían los móviles.