La ingeniosa solución de un grupo de investigadores de la Academia China de las Ciencias liderado por el profesor Cao Junji tiene forma de torre y el efecto contrario a las temibles chimeneas de las fábricas. Cerca de la ciudad de Xi’an, hogar de los famosos guerreros de terracota, se ha instalado el purificador de aire más grande del mundo: 100 metros de altura para reducir ese esmog que ya ha sido vinculado con enfermedades respiratorias, cardiovasculares e incluso con el alzheimer.
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