Por el momento se trata de una pequeña maqueta pero la versión industrial de la mayor aspiradora electrónica del mundo podría ser la solución a los problemas de contaminación que sufre Pekín. Según Roosegaard, su funcionamiento es muy sencillo: varias bobinas de cobre enterradas generan un campo electromagnético que atrae la niebla tóxica y la convierte en aire limpio y respirable.
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