Por 12 años EE.UU. libra una guerra arancelaria contra una marea creciente de importaciones solares chinas. Los fabricantes chinos hallaron formas de eludir aranceles. Su éxito está en su capacidad para fabricar equipos solares baratos y en trasladar la producción a países no sujetos a aranceles. Hace 2 décadas EE.UU. representaba el 13% de envíos mundiales de células solares, China y sudeste asiático juntos sólo el 1%. Hoy China es el 80%, y otro 17% procede de Malasia, Vietnam y Tailandia, donde empresas chinas tienen centros de exportación.
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