-Nosotros no tenemos lo que llamáis propiedad privada, usamos esa palabra que tenéis, como se dice, “usufructo”.
-Pero qué pasa con la herencia... con lo que has conseguido en tu vida trabajando o creando o invirtiendo...
-No tenemos el concepto invertir, no lo entendemos... y herencia tampoco, te recuerdo que al llegar el omokunin, algo parecido a la mayoría de edad o una traducción más literal sería “poder caminar solo”, la prole se marcha voluntariamente del nido. Y ellos empiezan de cero cada vez, sin recordar ni deber nada a los guklian, engendradores; ellos, los jukih, se forman voluntariamente en los uhuhg o “centros de contenido”... no toda la prole sobrevive, pero solemos tener una media de diez jukih como ya te he contado en otra ocasión... Y siempre sobrevive alguno, además nos da igual lo que hagan después con sus vidas.
-Pero las casas donde vivís, no son vuestras...
-Usufructo. Las usamos hasta que fallecemos, y luego otro jilom usará esa casa...
-¿Y cómo cobráis por el trabajo? ¿Cómo sobrevivís?
-Usamos unas tarjetas donde los trabajos que nadie quiere son los que se pagan mejor y los que todo el mundo quiere se pagan peor... Y todo el dinero va al fondo común de la yaatrid, donde se reparten las vuyde o “perlas de sudor” en una traducción lo más parecida a vuestro idioma; estas perlas son limitadas al número de integrantes de la yaatrid, si hay 1.000 jilom hay 5.000 “perlas de sudor”. Ni una más. Calculando con las tarjetas los trabajos que nadie quiere o los que todos quieren.
-Alimento, agua...
-A través de una cosa parecido a vuestros poros, bebemos agua evaporada del ambiente, usamos los iningur para ello, el equipo viene integrado en cada nido, en cada casa. Comer, hacemos una comida al día en el kiloj, el centro de comidas de la yaatrid. Todos aportamos comida de sobra para que nos alimentemos bien.
-No me has contado cuál era tu trabajo.
-Oh, ha variado muchas veces, no soy especialista en nada, pero suelo trabajar en teoría espacio temporal, y a veces he trabajado construyendo nidos nuevos. Depende.
-Pero con vuestro sistema no entiendo cómo podéis haber avanzado tanto... hasta el punto de poder comunicarnos como hemos venido haciendo estas noches.
-Oh, es fácil, no competimos entre nosotros.
-No lo entiendo.
-Y nosotros no entendemos cómo podéis organizaros como lo hacéis.
-Háblame de la familia, de tu familia.
-No tenemos, sólo cuidamos a nuestra prole mientras está indefensa. Cuando ya pueden “caminar solos” se disuelve la asociación, acuérdate que somos cuatro generadores, cada uno aporta una parte del futuro jilom. Nuestra genética os parecerá complicada, ya que tenemos que integrar en un equilibrio perfecto pero inestable elementos complejos como carbono y cianuro, sílice y nitrógeno. Esto es complicado de explicar ya que vuestra genética es muy simple, hermosa, pero simple.
-Ni siquiera entiendo cómo te comunicas conmigo.
-Eso es porque algunas cosas las olvidas debido a que me comunico contigo en tu etapa de sueño, no todo lo puedes guardar, al ser un sistema muy selectivo cómo manejáis la información en esos estados tan raros para nosotros.
-¿No dormís, no descansáis?
-Paramos nuestras partes pensantes varias veces al día.
-Estoy cansado, ¿seguimos otro día?
-Claro, cuando quieras, te visitaré dentro de trece días en tus sueños. Que descanses.
(Febrero, 2008. 1ª parte de 6.)