50 por ciento (Parte 2)

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Si no has leído la Parte 1 de este relato, es un buen momento para que lo hagas pulsando aquí: 50 por ciento (Parte 1)

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El Barbudo estaba experimentando esa sensación tan característica que produce la gravedad cero en las tripas, que es tan divertida cuando la sientes en una montaña rusa, pero que no lo es tanto cuando el vehículo en el que viajas está experimentando una caída libre. De hecho, en su cuerpo se había producido una involuntaria tormenta endocrina de adrenalina y cortisol, que había puesto corazón, pulmones y cerebro a trabajar a toda máquina para tratar de salvar su vida.

La voz sintética de SACTA, comenzó a sonar dentro del vehículo, en un tono extrañamente suave y tranquilo.

—Señor, la nave ha quedado sin propulsión. Prepárese para el impacto.

El Barbudo, intentaba ponerse el cinturón de seguridad mientras luchaba contra la ingravidez, sin oír a SACTA.

—Señor...

Cuando por fin consiguió abrochar la hebilla del infernal artefacto, su cerebro pudo empezar a centrarse en la voz que sonaba en la cabina.

—Señor...

—¿Sí? —dijo con los ojos muy abiertos.

—Señor, la nave ha quedado sin propulsión. Prepárese para el impacto.

—Tengo el cinturón —dejo escapar en voz tan baja que SACTA casi no lo captó.

—Señor, el cinturón es innecesario. Siento decirle que no hay ninguna posibilidad de supervivencia en estas circunstancias.

El Barbudo estuvo 5 segundos intentando encajar aquella frase en su cerebro.

—Señor, la nave ha quedado sin propulsión. Prepárese para el impacto.

—¡Me cag...! ¿Y cómo quieres que me prepare para el impacto si voy a palmar de todas formas?

Continuará...