Vox le pidió a Rocío Monasterio, su candidata autonómica en la capital, que diferenciara su discurso de forma radical de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Pero el resultado no ha sido el más adecuado. En Vox viven un auténtico infierno interno porque por primera vez se ve la división interna. Pero han focalizado el problema en Monasterio y la incapacidad del partido de apartarla de una candidatura tan importante como la de esta autonomía. Vox no sabe cómo abordar este problema.
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