Las últimas decisiones adoptadas por el Ejecutivo conservador de la Comunidad han conseguido echar "más leña al fuego" al enfado que ya tenían las enfermeras de atención primaria. Han sido, concretamente, dos. Por un lado, el pasado 7 de junio se hizo público el borrador de un nuevo protocolo para regular el funcionamiento de los centros de salud madrileños, que no ha sentado nada bien. Por otro lado, la Comunidad de Madrid acabará para siempre con los 37 servicios de urgencias de atención primaria (SUAP) que llevaban más de dos años cerrados.
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