Si alguien me preguntara si la señora Ayuso está ida o no, mi respuesta sería un rotundo no, pues independientemente del sucinto perfil psicológico que acabo de improvisar en el párrafo anterior, si recurro a un modo más coloquial y para nada académico, me dan ganas de definir a esa mujer como uno de esos terroristas de pacotilla que no apuntan a la sien con intención de matar sino mas bien encañonan al centro de la diana del sentido común, de la decencia, de la verdad, de los derechos y también del respeto a la ciudadanía en general