El avance de la ultraderecha a nivel global ha situado el debate en un nuevo escenario que, poco a poco, ha ido intensificando su contenido hasta llegar a la polarización, en gran medida debido al acompañamiento de la derecha que, como si se tratase de una cometa, ha ido soltando hilo en lugar de recogerlo para sacarla de esas ráfagas de viento y evitar la deriva. Desde estas posiciones sitúan el “conflicto” en las referencias culturales, y juegan con tres grandes ideas como amenazas y referencias a destruir: el multiculturalismo, el feminismo