El Dupis era "el hermano grasiento y deforme del donut", como bien lo define Ángel Sanchidrián. Sin embargo, este invento de Bimbo no tuvo fortuna a la hora de competir con el superbollo frito de Panrico, a pesar de su bajo precio. "No tenía azúcar por encima y era tan blandito que no tenía ni forma redonda, te venían en la caja aplastados. Pero aun así no había placer mayor que coger un dupis y mojarlo en el nesquik (o colacao, según el bando al que pertenecieras) metiendo todos los dedos hasta los nudillos.