Varios estudios sugieren que podemos derivar una gran sensación de bienestar del proceso de anticipar activamente unas vacaciones, lo que incluye ver fotos de los lugares que planeamos visitar, leer acerca de una cultura distinta, hacer reservaciones para los restaurantes donde deseamos comer, o tan sólo imaginar cómo vamos a disfrutar el tiempo que pasemos ahí. Conservar esa sensación placentera al regreso de unas vacaciones espectaculares es más difícil.