El 14 de febrero de 1989 el New York Time publicó una nota sobre su fallecimiento: «James Bond, ornitólogo, 89; Fleming adoptó su nombre para 007». El escritor británico Ian Fleming se pasaba gran parte del año en Jamaica, en una finca de su propiedad a la que bautizó con el nombre de Goldeneye. Allí se dedicaba, además de a escribir, a su otra gran pasión: la ornitología. Cuando llegó el momento de poner el nombre al protagonista de su primera novela se le ocurrió utilizar el del autor de la principal guía de ornitología del lugar.